Page 117 - El Cristo de la Flagelacion en la Historia de Cartagena - WEB
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Hoy mira hacia adelante y viene con la mochila llena de proyectos que se dispone a
             contarnos, pero entremezclados con ellos empiezan a aflorar sus recuerdos: nos habla de
             su padre, natural de Totana, que era de la agrupación de la Virgen del Primer Dolor; y de
             su madre, cartagenera del barrio de San Antón, lugar donde comienza su largo idilio con la
             familia procesionista: desde pequeño, los días del Encuentro se vivían de una forma muy
             particular dentro de su ambiente. Cada año se repetía el mismo ritual, Pedro recuerda
             con especial cariño como sus familiares venían desde distintos puntos de España para ver
             la Semana Santa cartagenera, y toda la familia unida caminaba desde su barrio hasta el
             centro de la ciudad para ver el Encuentro.


                Californio de origen y de corazón, comenzó su andadura pasional en la Agrupación de
             la Virgen del Rosario. En La Flagelación entró más tarde, en 1985, y se integró por gustarle
             el ambiente que allí se respiraba, y por la presencia en sus filas de grandes amigos, como
             Ángel Ros. En una entrevista que le hicimos este Domingo de Ramos sin procesión para
             documentar este libro, describía  con  entusiasmo  y algo de nostalgia  cómo  se vive la
             Semana Santa dentro de la Agrupación y en su propio círculo familiar:


                El día anterior al Domingo de Ramos se cortan las palmas en un bajo que tengo. Se
             hacen las ramas de olivo para después regalar. En la calle Sagasta se celebra la misa en la
             Iglesia de los Padres. Después tiene lugar un pequeño desayuno. Acto seguido, en la Iglesia
             de Santa María se hacen las fotos de las madrinas, la saliente y la entrante, delante del
             trono infantil del Domingo de Ramos.

                Normalmente,  nuestro trono va acompañado  de  un asado,  que  lo hacen  en  un
             restaurante de la Plaza del Rey, la fruta del día y unos panecillos. A las cinco de la tarde,
             es la procesión de las palmas, nuestro trono es el penúltimo, antes de la burrica, sale a las
             seis y media de la tarde.


                Hacemos las fotos de rigor y nos vamos a la calle San Miguel, hasta Santa María.
             Nuestro tercio es muy grande, veinte por fila. Es a esa hora cuando desmontamos las
             imágenes y recogemos el trono hasta el año siguiente.
                El Miércoles Santo por la mañana temprano vamos a la Iglesia. Nos arregla la floristería
             el trono, ponemos cinco Varas por delante y cinco por detrás.


                El momento de salida de la Iglesia es muy emocionante. Por la noche, tiran el cohete,
             somos el octavo trono en salir y el recorrido es de unas tres horas más o menos. Tenemos
             un trono precioso a hombros, somos el primer trono a hombros de la procesión, por lo que
             la salida y en general todo el recorrido está cargado de emociones.





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